He trabajado en varias compañías a lo largo de mi vida profesional, que ya acumula muchos kilómetros de recorrido y en ese trasegar he conocido cientos de personas, muchas de ellas han pasado por mi vida y seguro yo por la de ellas, sin pena ni gloria, es decir no ha existido conexión, no hay ningún hecho memorable o recuerdo formidable que al traerlo de nuevo a la mente por alguna razón, me genere nostalgia o emoción, es más hay muchos nombres que ya no tengo en mi mente.
Hay otro grupo de personas que en mi concepto han sido grandes compañeros, personas cercanas durante la relación laboral y con las cuales se compartieron muchas horas de trabajo, diversión y estrés y de los cuales aprendí muchísimo y en las cuales espero haber dejado una huella o algún aprendizaje, de esos para hacer o dejar de hacer cosas, porque de los errores es que aprendemos, lastimosamente al terminar la relación laboral, desapareció por completo el vinculo y no por voluntad propia, desapareció porque lo que nos mantenía cerca era el trabajo y al no existir ya ese trabajo, la relación pasó al olvido.
Pero hay un grupo de personas que a pesar de los años, de la distancia, de los largos silencios y de haber desaparecido el vinculo laboral, siguen ahí, están siempre para ti y tú para ellos, sabes que cuando los necesites están prestos a ayudarte y tú a ellos, esos no son compañeros, esos son amigos, no son muchos, pero valen oro.
Mientras escribo estas líneas vienen a mi mente personas que conocí hace más de dos décadas y de las cuales guardo en mi corazón un profundo sentimiento de amistad y gratitud y cuando los he vuelto a encontrar, después de mucho tiempo sin hablar o incluso sin saber nada de ellos, es como si nada hubiera cambiado, como si nos hubiéramos visto ayer en la tarde y la empatía y complicidad resurge como si el tiempo se hubiera detenido.
Por eso diferencio entre compañeros y amigos y existen muchas cosas que los diferencian, partiendo de una fundamental, la gratitud. No es un tema de estar esperando agradecimiento por todo lo que haces, ni mucho menos de que te lo estén recordando todos los días, eso raya con la zalamería y la falta de auto estima, tiene que ver con algo más profundo y es el sentido de reconocer la huella que has dejado en los otros y que los otros han dejado en ti, es increíble ver como pasas de ser una persona cercana y de comunicación diaria, de ser consejero, paño de lagrimas y hasta mentor, a ser nadie. Esto puede sonar a reclamo contra alguien, no es así, es una realidad que veo y escucho a diario de muchas personas a las que acompaño en sus procesos de desarrollo de liderazgo.
Cada persona que cruza tu vida puede hacerte feliz, enseñarte, motivarte o simplemente mostrarte lo que nunca debes hacer... Aprovecha cada encuentro!!!
¿Cuál es el punto? El punto es que debemos aprender a relacionarnos con los demás, a entender que no tenemos empatía con todo el mundo, que nuestra personalidad es diferente a la de los otros y que pueden haber cosas que nos unen y nos conectan y otras que no, eso lo sabemos todos, el problema es que se nos olvida y creemos que los compañeros, por su amabilidad y disposición para escucharnos son nuestros amigos y no es así. Para ser amigos se requieren muchas cosas además de compartir y conversar, el amigo perdura en el tiempo, está a tu lado cuando lo necesites, siempre busca ayudarte y te corrige cuando estas en un error, no te adula, te protege y alerta de los peligros y sin importar el tiempo o la distancia siempre estará ahí para ti.
Veo a diario muchas personas que se abren con todo el mundo, que cuentan todo lo que les pasa, que confían en alguien al momento de conocerlo, solo por que son compañeros de trabajo y en la mayoría de los casos sufren una gran decepción, cuando se dan cuenta que esa persona traiciona su confianza y usa lo que le has contado en tu contra y en su beneficio.
Pero no todo es malo, afortunadamente son más las personas buenas, éticas y responsables que saben manejar las relaciones y diferenciarlas, que prefieren guardar distancia y son respetuosas de los demás, que no se aprovechan de una falsa amistad o simpatía para escalar posiciones y que sin ser tus amigos, honran esa relación de compañeros y saben reconocer el legado que has dejado en ellos.
¿Te ha pasado algo así? Déjame tus comentarios para debatir y conocer tu opinión, eso nos enriquece a todos!!!
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