La vida en las compañías, tiene muchas semejanzas con un partido de fútbol, o de cualquier deporte de equipo, es competitiva, requiere esfuerzo, preparación, estrategia y lo más importante un grupo de personas que funcionen, actúen, piensen y ejecuten sus acciones como un equipo y en función del equipo.
Pero la realidad que vivimos día a día es muy diferente, pues debemos luchar con los egos, la ideas, los paradigmas, los hábitos, las costumbres y los saberes de cada uno de los miembros del equipo y es ahí donde no todo es color de rosa, pues cada uno y como lo decíamos en una entrada anterior, se cree dueño de la verdad y antepone esta y sus intereses a los del equipo.
Con mucha frecuencia vemos en las compañías, sean estás grandes, medianas o pequeñas a algunos líderes, que por impresionar a sus jefes, actúan de manera imprudente, desatinada e incoherente, afectando los intereses de equipo y pisoteando a sus subalternos, pares o a cualquiera que se interponga en su camino, con tal, eso si, de quedar como el mejor ante su jefe y mostrar unos resultados, que con ese estilo, no son sostenibles en el tiempo.
A eso llamo yo "Jugar para la Tribuna", este tipo de personas son toxicas para un equipo y para una organización, pues generan malestar, baja motivación y muchas veces, diría que la mayoría, odio y rechazo por parte de todos los miembros de su equipo y de sus pares y clientes.
Para completar el cuadro, ante los ojos de sus superiores, son personas dedicadas, responsables, de grandes ideas (casi nunca son suyas) y que por su habilidad para vender y convencer manejan el discurso distanciando cada vez más a los jefes de sus subalternos y poniéndose en el papel de redentores y salvadores de los problemas de la compañía, es decir, sin ellos no hay futuro.
Es para los departamentos de selección de personal todo un reto identificar este tipo de personas, pues no conozco ninguna prueba, ni pregunta por competencias que permita identificarlos, es más, se muestran en las entrevistas como un gran miembro de equipo, preocupado por la gente y enfocado en los objetivos comunes y de equipo, pero cuando ya están en acción dejan ver su lado oscuro y sacan ese perfil que nadie vio antes.
Como enfrentar estos personajes? La respuesta no es fácil, lo primero que debemos hacer es un proceso de acompañamiento desde las áreas de Desarrollo Organizacional y Gestión Humana a los equipos en el proceso de adaptación de los nuevos líderes, lo segundo es saber leer las señales, cosas como que:
Nadie del equipo le sirve, a pesar de ser personas antiguas con éxitos probados dentro de la organización.
El proceso usado en la compañía o área no funciona, porque el suyo es mejor.
El equipo que antes era participativo y daba la impresión de ser cohesionado y feliz, de un momento a otro se siente desintegrado y pasivo.
Estas y muchas otras son una muestra inequívoca de que el líder de este equipo está más preocupado por "La Tribuna" que por el juego del equipo.
Ahora, no todo está perdido, muchas veces he observado que este tipo de personas hacen lo que hacen por falta de orientación, acompañamiento o por "taras" en su cabeza que los lleva a actuar así. Un buen proceso de acompañamiento al equipo, tener un coach que ayude en el desarrollo de esta persona y le de herramientas para identificar sus áreas de oportunidad y la presencia de su jefe inmediato en todo el proceso, pueden hacer de alguien así un buen líder.
El Liderazgo es un aprendizaje continuo, no hay líderes perfectos, pero si hay muchas herramientas para ser mejor cada día y una de ellas es esta, compartir nuestras ideas y estar abierto al cambio y a incorporar este conocimiento en nuestra vida.
